miércoles, 15 de abril de 2009

Suelo de Canicas II Parte


"Non est ad astra mollis e terris via"
("No hay camino fácil de la Tierra a las estrellas". Séneca)




Escuchando: Maroon 5 - Nothing Last Forever


Miró la hora una y otra vez mientras comenzaba a impacientarse. Vestida con un escotado vestido negro y unas botas altas de terciopelo del mismo tono, Lucía se repasaba la sombra de sus castaños ojos observando continuamente el reloj situado en la última repisa del mueble del salón. Sandra se retrasaba y los nervios comenzaban a subirle lentamente agarrándose en su estómago. Habían pasado cuatro meses, mucho tiempo desde la última vez que le vió.

¿Cómo reaccionará él? ¿Y ella? ¿La pelirroja se mordería las uñas al ver semejante escotazo? - decía su vocecita dentro de sí misma. Apuesto que sí - pensó, mientras se sonreía de forma pícara.

A lo mejor ninguno de ellos se molestaba siquiera en mirarla – los nervios subían de nuevo.

Por suerte, antes de que se arrepintiera y desease cambiar el vestido y las botas por su pijama de franela, sonó el telefonillo.

-“Baja loca”

-“Ya voy”

Cogió su bolso de mano y su abrigo mientras mirada de reojo por última vez el espejo de la entrada y se acomodaba el flequillo.

-“¡¡Wooow..!!”- dijo Sandra- “¡estás preciosa Luci!”

-“El maquillaje y los sujetadores de relleno que hacen milagros” - agradeció el piropo de su amiga, eso le hacía sentir más segura ya que con cada escalón que fue bajando hasta el portal, su autoestima se iba quedando por el camino.

Nacho siempre le decía que Sandra se tomaba demasiadas confianzas con ella y que incluso le miraba de una forma un tanto extraña, como con ojitos de un enamorado; ¡pero qué tontería!, lo que pasaba es que Nacho era un acaparador y no le gustaba que le contara más cosas a su amiga que a él.

Al llegar al portal de Mikel reconoció al instante el Focus aparcado en la cera de en frente. Él ya había llegado.

Respiró profundamente y se le quedó el aire atascado a medio camino hacia sus pulmones.

-“Dame un cigarrillo”

-“¿Pero si tú no fumas?”

- “Joder, no puedo, llévame a casa, uffffffff…”

-“De eso nada, ¿No querrás que se quede sin ver semejante vestido tan provocador? En serio, no puedes esconderte siempre, no puedes dejar de lado a tus amigos, ellos están deseando verte, no puedes dejar de vivir, sigue adelante, enfréntate a tus miedos. ¡Venga fuera!, ¡Sal del coche!”

Se abrió la puerta y antes de que pudiera descifrar de quién se trataba, Lola se le echó encima y le abrazó tan fuerte que casi la estrangula.

-“Cuanto tiempo sin verte! ¡Vaya que guapa! Me alegro de verte tan bien”

Mientras se dirigía al salón se fue cruzando con todos sus amigos que no dejaban de achucharla y subirle la confianza, pero al llegar todo se desvaneció al verle en el sofá con ese aire misterioso y esa sonrisa tan embaucadora que hizo que hace años a tras perdiera la cabeza por él y que ahora dedicaba a la pelirroja sentada a su lado.

Ella fue la primera en percatarse de su presencia, con aires de superioridad le echó una mirada inquisidora y despreciativa de arriba abajo. Y eso que antes se habían ido hasta de compras juntas. La pelirroja volvió a mirar a su chico y le pasó el brazo por la espalda mientras miraba de vez en cuando de reojo a Lucía que parecía un pasmarote sin saber qué hacer en un lado de la sala.

-“¿Queréis tomar algo chicas?”- dijo Mikel.

-“Yo un vodka con limón”

-“¿Y tú Lucía?”

Al escuchar su nombre Nacho la miró. Ella se dio cuenta y trató de comportarse lo más indiferente posible.

-“Yo… mmm…, Ron con cola”

-“Marchando”

Nacho se levantó y se dirigió a saludarlas.

-“Hola chicas”

-“Hola” – respondió Sandra que tan rápido lo dijo, tan rápido se fue.

Maldita traidora, la que no me dejaría sola – se dijo Lucía.

-“Bueno, mmm …, esto…, qué tal todo?”

-“Bien”

-“Mmm, y …, qué tal tu madre, cómo va su dolor de espalda”

-“Mejor”

¡Dónde esta la bebida por dios!- pensaba.

-“Mmm, y el trabajo…, qué tal, qué tal va todo”

-“Pues bien, ¿Y tú?”

-“Muy bien, en el curro genial, me han ascendido, ¿sabes? Además…”

-“¿Me perdonas un momento?”

Y al paso que le dejaron sus rodillas temblorosas se apresuró a la cocina donde encontró a Sandra y a Mikel preparando las bebidas.

-“Ya te la llevaba”- dijo Mikel

-“¿Por qué me dejaste sola con él?”- dijo malhumorada a Sandra.

-“Para que te enfrentaras a tus miedos y eso es algo que yo no puedo hacer por ti”

-“¿Sabíais que le habían ascendido?”

-“¡Sí!” - dijeron ambos

-“Siempre supe que había nacido con una estrella pegada al culo”

Cogió el vaso de tubo y de tres tragos se vació su contenido.

-“Cuidadito ¿eh? Que al alcohol no te nuble la vista”

-“Tranquilos chicos”

Y se rellenó el cubata pero esta vez con más ron que coca-cola.

La gente parecía que se divertía, Sandra no paraba de reír a mandíbula batiente pero a ella le costaba seguir el hilo de las conversaciones porque no podía dejar de observarlos. Ellos parecían ignorar su presencia y no dejaban de tontearse y besarse delante de ella.

Parecía que un puñal le atravesaba más y más su endeble corazón. A la séptima copa comenzó a sentirse más liberada. Comenzaron a importarle menos los besos apasionados que iban subiendo de tono de su ex y la pelirroja, le daba igual todo, se sentía ligera, sin presión.

-“¿Así que el salón lo habéis pintado de un tono melocotón?”

¿Cómo? ¿Ya vivían juntos?

Entonces de golpe vinieron los recuerdos y se recordó a sí misma sentada con la maleta en medio de la parada de autobús muerta del asco que le llevaría al centro de la ciudad a ocupar un piso que iba a compartir con su novio de toda la vida pero que tres días antes la había dejado ya hora no había marcha atrás porque había firmado un contrato y perdería la señal, además de los trimestre que ya había pagado.

Sintió como las lagrimas se agolpaban en su retina y antes de que nadie la viese se fue al baño, pero al levantarse se sintió mareada y al pasar frente a ellos se tropezó al engancharse su tacón derecho con la esquina de la alfombra y cayó a los pies de la pelirroja.

Joder, tierra trágame- se dijo.

Hubo un silencio en el salón. Se levantó como pudo.

-“No ha pasado nada, estoy bien”- y sonrió como buenamente pudo, entonces estallaron las carcajadas, siguió fingiendo una sonrisa de oreja a oreja hasta que llegó al baño. Se cerró el pestillo y lloró amargamente. Después de limpiarse las lágrimas con el papel de baño y colocar el maquillaje como buenamente pudo, salió de él.

Creyó que la borrachera se había esfumado tras el altercado del tropiezo así que fue a la cocina y al ver que ya no quedaba ron decidió empezar con la combinación del Martini con limón.

Volvió con el grupito donde estaba Sandra y se sentó junto a ella. Pasadas dos horas sólo le quedaba beberse el agua de los floreros, estaba tan borracha que se le trababa la lengua al hablar, casi todo el mundo estaba bastante achispado así que no se sintió incómoda. Sandra no paraba de achucharla y abrazarla. Al ir a por otra copita a la cocina se cruzó en la puerta con Nacho.

-“Cuidadito con la lesbiana que no para de tocarte”

-“¿Qué qué?”

- “Sí, Sandra”

-“¡Buah! ¡Otra vez! Ya no tiene sentido que te metas con ella, déjame quieres”

-“Oye Lucía, siento lo que pasó y como terminamos, de verdad, es que yo…”

Pero apareció la pelirroja y él se quedó mudo.

-“Estoy muy bien, mejor que nunca” -Y pasó decididamente entre medias de los dos.

Sandra apareció por la cocina y le pellizco el trasero. Y ella se lo devolvió. Sandra la abrazó y ella la rodeó fuertemente, pero sintió los labios de su amiga en su cuello. Se separó y la miró de forma incómoda.

-“No te confundas”

-“Ahora ya entiendo porque siempre aparentabas ser tan buena amiga y porque odiabas tanto a Nacho”

-“Eso no es cierto, nunca aparenté, tú eres mi mejor amiga, y de Nacho no tenía celos, sabía que yo nunca llegaría a nada contigo, ¡a ti te gustan los tíos!”

-“Y todo este tiempo, ¿Por qué me lo has ocultado?”

-“Tenía miedo a que se rompiera nuestra confianza y me juzgaras”

-“Tengo amigos gays que además están en esta fiesta y no lse juzgo ni les doy de lado”

-“¿Quieres que te diga que soy lesbiana y que me gustas desde niñas? ¿Cómo te quedas?

Y era cierto, no sabía que responder, no quería juzgarla, pero se sentía rara. Así que decidió huir de la situación, no era el momento de hablar, no pensaba con claridad, había bebido demasiado.

-“¡Espera Lucía!”

Y al salir de la cocina sintió una arcada. Salió escopetada al baño. ¡No!, ¡ocupado!

-“¡Tengo que entrar, es urgente!” - gritaba aporreando la puerta mientras los calores le subían desde el estómago.

La puerta se abrió y sin dejar salir a quien se encontraba dentro se echó sobre la taza del báter.

Se encontraba tan mal que se avergonzaba de sí misma, alguien le sujeta el pelo y le agarraba para que no se lanzase de cabeza dentro de la taza. Al girarse vió a la pelirroja mirándola con cara de pena.

Peor imposible…

-“Toma límpiate, y la próxima vez ten más cuidado si no sabes beber”

Menudo ridículo más espantoso - se irguió como pudo, y fue en busca de su bolso y su abrigo. No se despidió de nadie.

El telefonillo no dejaba de sonar. La cabeza le daba vueltas y le dolía hasta las uñas.

-“Soy Sandra”

Sandra- pensó- no había tenido tiempo para asimilar su discusión, pero no le hizo falta pensar más de un segundo, ella es su mejor amiga y siempre ha sido su brazo derecho. Ahora era ella la que temía que al no haber sabido actuar o decir algo la noche anterior dejara de serlo.

-“Perdóname. Ayer hice el ridículo, no se como se me pasó la idea de besarte por la cabeza. El alcohol no era excusa, porque mil veces nos emborrachamos juntas, quizá era mi forma de contártelo. Eres mi mejor amiga y… aunque nunca debí ocultártelo lo hice para que no dejásemos de serlo”

-“Yo tampoco actúe bien. No debí dejarte con la palabra en la boca, pero en ese instante no supe que decir. ¿Sabes? para ridícula yo”

-“¿Qué hiciste?”

-“Nos hacemos un café y te cuento”

-“¿Por qué te ríes, qué te hace tanta gracia? Vaya hace mucho que no te veía tan animada a pesar de que apestas a alcohol y tienes un aspecto horrible”.

-“Porque ya toqué fondo y una vez allí he decidido pegar una patada fuerte y salir hacia arriba”




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5 comentarios:

  1. Jajaja, una historia muy divertida y Lucía tiene mucha razón a veces hay que tocar fondo para salir disparada hacia arriba, como siempre digo de todo se aprende, hasta de lo malo, lo cierto es que yo he pasado por esa época, la cantidad de estupideces y lo que nos rebajamos por amor...
    Pero la vergüenza no dura eternamente, pasa con el tiempo... jEJE. Ya se te echaba de menos...Besitos!

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  2. Se te echaba de menos. La historia es divertida. Una patada para cabar con todo está bien.
    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

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  3. Hay...
    jaja es entrenedisima esta historia, tiene algo que engancha. ya echaba de menos la continuación:)
    es incrieble y que razón tiene esa moraleja...porque verdaderamente hasta que no nos damos una torta grande no reaccionamos...asi somos...la verdad que la historia de lucía me impacta, es la vida real:;)
    besiiitos:)

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  4. Es una chica buena o mala?
    Por qué ron con cola?
    Por qué escotazo y no minifalda?
    Por qué Laura?
    Por qué un focus?

    Te estaba leyendo y no sabía cuánto había de relato y cuánto de ti ;)

    Buenas noches, niña... Hoy es buena noche para el pijama de franela

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  5. Ya se hacía esperar esta segunda parte!!
    Un abrazote, Noa!!
    Besos.

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