domingo, 10 de mayo de 2009

Mar de Engaño



"Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes".


Escuchando: Texas - Say What You Want


Sobre ellos el ventilador no paraba de girar, el escaso aire que creaba hacía que las gotas de sudor se deslizaran recorriendo cada surco de sus cuerpos desnudos.
Se encontraban en una habitación pequeña con las ventanas de madera escasamente entreabiertas, sus paredes ocres se fundían con la luz dorada que envolvía el ambiente y sus ropas yacían dispersas sobre el suelo oscuro de tarima.

Ella jadeaba enérgicamente mientras se entregaba a él, le mordía, le arañaba la espalda; él entraba en su cuerpo una y otra vez mientras evitaba mirarla directamente a los ojos.

Ella le decía que le amaba cada vez que una parte de él estaba dentro, y a él se le creaba un nudo en la garganta que le impedía articular respuesta.

El estallido de placer le hizo caer sobre el cuerpo de su compañera y tras recuperar la respiración hasta devolverla de nuevo pausada se levantó de la cama liberándose de los brazos de ella.
Comenzó a recoger su ropa y se vistió de forma apresurada.

-"¿Ya te marchas?"
-"Mañana tengo que trabajar"
-"Quédate un poco más, casi no hemos hablado"
-"No puedo, es muy tarde"

En realidad no quería decirle que necesitaba huir de allí y encontrarse lo más lejos de ella. Se sentía culpable por besarla imaginando que era a otra a quien tenía entre sus brazos.
Le dio un tímido y poco entusiasta beso y se alejó cerrando tras de sí la puerta de la habitación de aquel hotel apolillado.

Caminó bajo el cielo estrellado en aquella noche despejada con el calzado en la mano y los pies inmersos en la orilla, intentado sin éxito poner sus ideas en orden.

Cuando se encontraba con María se sentía muy cómodo a su lado, era una muchacha muy tierna y sumamente divertida, pero carecía de pasión por ella, se entregaba de un modo autómata, sintiendo un placer efímero carente de sentimiento. Luego se sentía vacío y al mirarse al espejo no podía evitar compadecerse de sí mismo.

Pero era incapaz de arrancarse esos ojos verdosos con un ligero toque de miel que se había clavado en su mente.

El tono anacarado del amanecer le sorprendió absorto en sus pensamientos sin otra compañía que el leve rugido de las olas del mar.
El cielo se teñía del mismo color que el vestido que llevaba puesto Ariadna la primera vez que la vió. Llevaba el pelo recogido en un moño despeinado y unos enormes pendientes del mismo color que su felina mirada. Ella se percató de su presencia y de que él la observaba descaradamente desde el banco situado más a la izquierda de la plaza mayor. Héctor tomaba una cerveza junto a un grupo de amigos, fingió un imprevisto y la siguió varias calles hasta que la perdió de vista. La buscó en vano entre las adyacentes y se volvió avergonzado por su comportamiento hacia su casa. Pero al girar sobre sus pasos, ella le esperaba con una pícara sonrisa. Le dió un beso coqueto en la mejilla y se alejó volviéndose a sonreirle de vez en cuando. Él se quedó pasmado, embelesado por su aroma a jazmín y rosas, con el corazón acelerado y un nudo de culpabilidad creciendo en su estómago.

No pudo dormir en varias noches y evitó verse con María alegando una gripe contagiosa, sudaba como si estuviera enfermo, y en su cabeza sus sentimientos se precipitaban vertiginosamente.

Al cabo de una semana volvió a su vida normal, a sus encuentros felices pero carentes de ardor con María. Hasta que en un almuerzo familiar su hermano presentó a su nueva pareja. No podía ser, era ella: Ariadna.

Sintió un ligero resplandor en la mirada de ella al verlo, pero ambos mantuvieron la compostura. Él la observaba reír con su hermano mientras éste la estrechaba en su brazos y por primera vez desde hacía mucho tiempo, los terribles celos se apoderaron de él. Se mordía el labio inferior para no caer en la tentación de partirle la cara a su propio hermano. Durante la noche con María durmiendo en su pecho, él se llevaba las manos a la cabeza al imaginar a Ariadna tocada por otro hombre.
Todo intento de alejarla de su mente provocaba aún más su deseo por ella. Se deleitaba mirándola a lo lejos ante la mirada de María que volvía la vista hacia otro lado fingiéndo no percatarse de lo que ocurría.

Una tarde se quedaron solos en la casa de su hermano, él había bajado a por más bebida pues ya no quedaba ni una gota de whisky, estaban celebrando que él y Ariadna se habían prometido. María aún no había salido de trabajar, y el calor que creció en ellos hizo que se arrastraran como animales rodando y entregándose con febril locura con la falda remangada y el pantalón medio desabrochado. Cuando subió su hermano con María había un extraño olor en aquel salón.

Se reencontraron en varias ocasiones más siempre ardientes de deseo, pero ninguno tenía el valor de acabar con sus respectivas parejas.

Prosiguió su paseo hasta el final de la playa y justo antes de tomar la calle que le llevaba a su casa se la encontró discutiendo de forma acalorada con su hermano.

-"No eres más que una puta"-le gritaba.
-"Déjame, te he dicho que se acabó"
-"Dime, ¿desde cuándo te ves con mi propio hermano?, ¿eh?, ¿te liaste conmigo para acercarte a él o qué?"

Boquiabierto escuchó la discusión a sólo unos metros de él. Pero su hermano se percató de su presencia y echo una furia se abalanzó sobre él.

-"Te la has follado ya hijo de puta. Ya verás cuando se entere María". Y con mirada inquisidora y de desprecio se encaminó hacia su coche maldiciendo a ambos.

Ariadna rompió a llorar y él sintió la necesidad de abrazarla, sin embargo, no pudo. Pensó en María, sabía que le partiría el corazón. Miró en su corazón y sintió su amor dormido por ella despertando dolorosamente. Miró a Ariadne y ya no vió esa pasión en sus ojos.

Se dió cuenta de que no quería a ninguna de las dos, al igual que ella no le amaba a él pues lloraba desconsolada llamándo a su hermano.

Sólo había sido un juego sexual peligroso, para él una ruptura con su rutina, para ella una apasionante pero temporal aventura.


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9 comentarios:

  1. A veces las pasiones se lo llevan todo por delante, solo tienes que decidir si quieres entrar en el juego o no. La tentación siempre esta esperando atraparte ansiosa, tu eliges si caes en ella... Es mi conclusión acerca de este fantástico relato. Me gusta el ritmo de la lectura, hay descripciones concretas que hacen que te situes perfectamente en la acción. Muy bueno, ¿para cuando otro? Jejeje. Besos.

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  2. La pasión nos hace confundir sentimientos supongo. Mientras todo era prohíbido había un extraño sentimiento de deseo, cuando ya no hay nada que impida al deseo manifestarse entonces se agota la pasión.
    Otra evidencia que lo que mueve al hombre es el objetivo, pero que una vez conseguido necesita una nueva meta.

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  3. Es triste la manera en la que empujados por un deseo desenfrenado, todas las cosas que de verdad valen la pena, se ven barridas por el maremagno de pasión que nos envuelve.

    Me gusta la manera en la que describes hasta el más ínfimo detalle, le da un toque más realista. Me has hecho reflexionar...

    Un abrazo... =)

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  4. Me ha encantado...Vengo a agradecerte tu visita a mi playa. Si no tienes inconveniente te enlazo para tenerte cerquita...
    Muchos besos.

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  5. Es un relato muy bien contado. La historia es triste, pero la vida también tiene esos giros inexplicables. Nos gusta complicarnos la vida y esta historia es un reflejo de ello. Me ha gustado mucho.
    Saludos desde La ventana de los sueños.

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  6. los dos hermanos ¿habrian podido fallarsela juntos? o los cuatros. No quiero excluyr posibilidades...
    Encantado

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  7. El unico limite que tenemos en el amor, como en la passion, es el limite que nuestra cosciencia puede aguantar.

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  8. como duele ver la realidad...
    es una historia increible, la verdad que es lo más cercano a la relaidad que lei nunca,las pasiones...eso si que nos lleva todos los seres humanos a la ruina... lo que echaba yo de menos de estos mundos eran tus maravilloros relatos noa...eres increible. estoy a la esper de mas y mas...tus relatos si que enganchan:)

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  9. Excelente. Tu prosa eminentemente descriptiva es en ciertos momentos descarnada, no hay analogias o simbolismos, no. es escalofriantemente realista y eso es lo que hace que tu relato penetre mas en la consciencia.
    Sobre todo genera empatia, porque cualquiera de los que arriba han comentado se han visto envueltos en una historia asi, en el papel de cualquiera de las 4 personajes.
    Este Blog va cada vez mejor... me gusta, me gusta.

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